Ottavio Bottecchia. Hambre, Gloria y Drama del primer Italiano en ganar el Tour de Francia

La vida de Ottavio nunca fue fácil. Nace a finales del XIX (1894) en una pobre familia del Friul al norte de Italia. Es el octavo hijo por lo que sus padres no pensaron mucho para escoger nombre.

En la guerra surge su noviazgo con la bicicleta

Ottavio Bottecchia
Ottavio Bottecchia

Ottavio es enrolado en los Bersaglieri ( ciclistas Soldado). Estos montados en una Bianchi modificada para poder apoyar un fusil, se convirtieron en un cuerpo que transportan mensajes entre las líneas de defensas italianas. Una labor muy arriesgada donde la rapidez y la destreza eran vitales para seguir de una pieza.
Ottavio destaca por su fuerza y es varias veces condecorado por sus proezas militares, a la par que va creciendo en su interior la intención de ganarse la vida con la bicicleta.

La guerra termina pero la mala vida de Bottecchia no cesa.

La guerra deja una importante hambruna que obliga a Ottavio a emigrar a Francia. Allí trabajando de campesino apenas alimenta su cuerpo pero si sus sentimientos políticos, haciéndose miembro del Partido Socialista y también se acercó a las franjas anarquistas.
Pero el hambre le derrota y vuelve a Italia.
Nuevamente en casa, en 1922 un Ottavio delgado, seco, con la cara quemada por el sol, inicia las primeras carreras el Veneto, la Roma-Napoles-Roma y el Giro de Lombardía. Pero la suerte no le mejoraba. Seguía sin tener un trabajo continuo que le llevará un plato a la mesa.

Fue en 1923 cuando Teodoro Carnielli presidente de la Asociación italiana le da una bicicleta para participar en el Giro de Italia. El Joven Ottavio no defrauda y termina quinto, siendo la mejor clasificación que hubiera conseguido nunca un Isolate ( ciclista sin equipo).
Esta brillante actuación le sirve, para que uno de los mejores ciclistas franceses, Henri Pélissier, se fijara en el y obligará a su equipo el Automoto a fichar al Joven Ottavio.
Pese a que le hervía la sangre y quería realizar una proeza en cada etapa, se subyugaba a las órdenes de su jefe de filas, y aunque llegó a muchos puertos destacado, esperaba a Pélissier siguiendo las instrucciones del equipo. Aun así ganó una etapa hizo cinco segundos y logra la segunda plaza de la general por detrás de su compañero Pélissier. Todos se fijaron en el pero su carácter no cambia y sigue siendo tan humilde como siempre.

Al año siguiente, 1924 ya como jefe de filas del Automoto, simplemente arrasa.

Se viste de amarillo en la primera etapa y se mantuvo con él hasta París, ganado un total de cuatro etapas y ganándose la admiración de todos. Se convierte así en el primer italiano en ganar el tour de Francia.
Nunca habían visto nada igual, nadie con tanta potencia. El segundo terminó a más de media hora de Ottavio, pero el tercero ya terminó a una hora y media, y el último acabó con más de 48 horas sobre el tiempo de Bottecchia.

Fue este año cuando surgen varias anécdotas sobre Ottavio.

Era tal su poderío que en algunos puertos, antes de cruzar se bajaba de la bicicleta y pasaba el alto cantando canciones militares italianas. También Henri Desgrange organizador del tour le bautiza como «» the butterfly»» por la ligereza con la que subía los puertos, y por otro lado se dice que su mente asociada a la hambruna, le hizo viajar hasta Italia llevando puesto el jersey amarillo logrado en París, en los vagones de tercera clase a fin de no gastar dinero.

Esta marcada tendencia, también le hizo crearse enemistades entre el régimen fascista italiano, ya que no sólo no compartía sus ideales, sino que tampoco quiso compartir los méritos. De momento le dejaron por su fama.

El tour del 25 fue similar

Ganó otras cuatro etapas cinco segundos y dejando asombrados a todos por su potencia.
Fue en el 26 cuando le surgieron los problemas, sobre todo por la barbaridad de trazado con cuatro etapas de más de 400 km, que unido a algunos problemas de salud, le hicieron abandonar en la famosa etapa infernal entre Bayona-Luchon, que ganara Leducq y que ya comentamos aquí hace días.

Bottecchia picado en su amor propio promete volver al año siguiente para cobrarse su venganza y vencer por tercera vez en París.
Llegamos al 27, múltiples problemas por sus ideales únicamente parados por la fama que de momento le hace intocable, pero las desgracias se encadenan, en mayo, en plena preparación par afrontar el tercer tour prometido, su hermano Giovanni, también ciclista, es arrollado mientras entrena por un coche que se da a la fuga.
Octtavio se rehace y motiva pensando en que tras el Tour ya no volverá a Italia y dejará atrás todos los problemas.
Pero el 3 de junio del 27 sale a entrenar y un tiempo después, un granjero de las afueras de la aldea de Peonis, cerca de la casa de Bottecchia, lo encontró al costado de la carretera. Su cráneo estaba roto, así como su clavícula, junto con varias otras fracturas serosas, mientras que su bicicleta ilesa estaba a cierta distancia.

No había señales de marcas de derrape que indicaran que un automóvil lo había obligado a salirse de la carretera. Lo que inicialmente parecía un accidente se fue tornando en misterio.
En el hospital comprobaron que no era la típica clavícula rota propia de estas caídas, ya que tenía un fuerte golpe en la cabeza por el que sangraba profusamente, además que según testigos, la bicicleta de Ottavio estaba a diez metros de donde le encontraron.

El círculo familiar estaba seguro de que fueron los fascistas los que le mataron.

Muchas teorías se lanzaron. Peleas por un amorío, la caída entrenando… Pero inicialmente la policía fascista echa tierra sobre el asunto cerrándolo como accidente.
No fue hasta unos años después cuando incomprensiblemente aparecen varias personas auto inculpándose del asesinato.
El dueño de la finca donde se encontró Ottavio, reconoce en su lecho de muerte al sacerdote que le atendía, que lanzó una piedra al ciclista porque le robaba las uvas. ( teoría rechazada porque según los médicos solo alguien desde muy cerca y con una piedra grande podía causarle las heridas que tenía, además de que era verano y no hay uvas que robar)
Otro informe describe cómo un italiano, que murió a causa de heridas de arma blanca en un paseo marítimo de Nueva York, afirmó que lo habían empleado como sicario para matar a Bottecchia, y mencionó a un presunto cómplice del asesinato a sueldo.
Finalmente sin fuentes que lo confirmen, se argumenta que un policía reconoció que había sido el quien golpeó a Bottecchia.
Como sea, el mito se acrecentó y el drama con el, impidiendo a la historia registrar una carrera prometedora de un hombre que nunca lo tuvo fácil y que nunca pudo disfrutar de las mieles del exito.

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